Este es un post diferente. En esta ocasión, nos alejamos de nuestras habituales reflexiones sobre neuroeducación y prácticas de aula para traeros una experiencia diferente, pero igualmente transformadora.
Hoy vamos a hablar de una película, sí, de cine. Y no de cualquier película: hablamos de Sorda, una ópera prima de mi tierra que ha conseguido un éxito rotundo tanto en crítica como en público. Con premios tan relevantes como el del Público en Berlín y la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga, Sorda nos invita a reflexionar sobre temas tan fundamentales como la discapacidad, la maternidad, el amor y, sobre todo, la participación, entendida como "ser parte de". Una película que va más allá de la sordera, que nos hace cuestionarnos cómo creamos nuestros entornos, cómo nos comunicamos y, especialmente, cómo la educación puede y debe transformar la manera en la que nos relacionamos con el otro.
Inclusión: Sorda es una llamada a la reflexión educativa
¿Por qué hablar de esta película en un blog educativo? La respuesta es clara: Sorda no es solo una historia de una mujer sorda enfrentándose a la maternidad. Es una reflexión profunda sobre cómo la sociedad y el sistema educativo, entre otros, no están diseñados para todos.
cómo la sociedad y el sistema educativo, entre otros, no están diseñados para todos.
La protagonista, Ángela, se enfrenta a un mundo que no la escucha. Un mundo que no está preparado para ella, que parece que no fuera el suyo y que la obliga a adaptarse a él. Un mudo que se ofrece como una concesión en lugar de como un derecho.
Este mensaje no solo es potente en la vida cotidiana, sino que tiene una implicación directa para la educación inclusiva:
La educación no puede seguir viendo a las personas con discapacidad como "necesarias de adaptación", sino como parte integral del mundo al que debemos hacer accesible y equitativo.
En nuestras aulas, seguimos buscando formas de asegurar que todos los estudiantes, sin importar sus características, puedan participar plenamente. Sorda nos recuerda que la participación es clave, y que esa participación no debe depender de las características personales, sino de la construcción de entornos que garanticen que todos puedan formar parte de una comunidad educativa sin barreras.
una comunidad educativa sin barreras.
El lenguaje visual como puente hacia la inclusión
Una de las maravillas de Sorda es su capacidad para enseñarnos a través del lenguaje visual. Miriam Garlo, la actriz protagonista, sorda en la vida real, no solo actúa con la voz, sino con el cuerpo, la mirada, los gestos, y la respiración. Esta es una llamada a la reflexión sobre cómo nos expresamos y cómo nos relacionamos con los demás. En el contexto educativo, nos hace pensar: ¿cómo nos expresamos en el aula? ¿Cómo interpretamos a los demás?
Lo que ocurre cuando un alummno o alumna no puede seguir la conversación como el resto de sus compañeros y compañeras, ya sea por barreras auditivas, lingüísticas o cognitivas, es algo que muchas veces damos por sentado. Pero Sorda nos invita a hacernos una pregunta crítica: ¿realmente nuestras aulas son para todos y todas?
Escuchar todas las voces.
¿Qué hacemos cuando no nos escuchan? En la educación, esto es algo que sucede más de lo que nos gustaría admitir. El sistema educativo, en muchos casos, no está diseñado para escuchar de verdad a todos los estudiantes. Como mencionamos en Transformar la Escuela en muchas otras ocasiones, la inclusión no es solo un tema de acceso físico, sino de participación real, de dar oportunidades siendo parte efectiva de lo que ocurre enel aula. Y eso, en la escuela, debe ser una prioridad. Cuando pensamos en inclusión, no solo hablamos de adaptar las condiciones de los estudiantes a lo que ya existe, sino de transformar la escuela en un lugar donde cada voz pueda ser escuchada. No solo los estudiantes que se adaptan al sistema tradicional de enseñanza, sino también aquellos cuyas voces han sido históricamente silenciadas.
¿qué hacemos cuando alguien no se siente escuchado?
Sorda plantea una pregunta crucial para todos aquellos que trabajamos en educación: ¿qué hacemos cuando alguien no se siente escuchado? La respuesta no está solo en la lengua de signos o en adaptar el currículum. Está en crear entornos de aprendizaje donde todos, sin importar su contexto o características, puedan participar plenamente y ser escuchados. Es un reto que debemos asumir todos los días.
El cine como herramienta educativa
Y aquí entra el valor educativo de #Sorda. Aunque no es una película escolar, es profundamente educativa. Nos invita a reflexionar sobre la comunicación, sobre cómo diseñar entornos donde la participación y la accesibilidad sean una prioridad. Nos muestra la importancia de adaptar los entornos para que todos puedan ser parte de ellos, no solo para que "otros" puedan integrarse. Y nos recuerda que el proceso de inclusión empieza por reconocer que cada individuo tiene derecho a formar parte de la sociedad tal cual es, con sus fortalezas, con sus necesidades y con sus peculiaridades.
¡Una Tarea para Todos!
Ir al cine
Sorda se estrena el 4 de abril en los cines, y desde aquí, queremos invitar a todos los docentes, equipos directivos, familias y estudiantes de magisterio a verla. Pero no solo a verla, sino a dialogar sobre ella. A llevarla a las redes, a las aulas, a las tutorías, a los proyectos interdisciplinares. Porque este no es solo un estreno cinematográfico; es una oportunidad de iniciar conversaciones profundas sobre la accesibilidad, la participación y el respeto a las diferencias.
El cine tiene un poder único para educar la mirada. Sorda nos muestra cómo podemos transformar nuestras perspectivas y construir una educación en la que nadie se quede fuera. Porque, como dijo alguien en el preestreno de la película en Murcia: “No es una peli sobre sordera. Es una peli sobre cómo nos sentimos cuando el mundo no está preparado para nosotros”.
PD: Agradezco a A Contracorreiente Films la gentileza de invitarme a ver este estreno adelantado.